El debate entre Donald Trump y Kamala Harris fue todo lo que se esperaba: un intercambio intenso, en el cual se representó la polarización ideológica de los Estados Unidos y en el que se vio a un expresidente republicano incómodo con tener que lidiar con el estilo calmado y firme de la vicepresidenta demócrata.
Ni de cerca se pareció al debate que Trump mantuvo con el presidente Joe Biden, quien lució adormilado y perdido. Harris fue una rival dura de roer para el candidato republicano.
Harris y Trump intercambiaron ataques políticos y personales mientras presentaban sus contrastantes visiones para el país durante su primer, y quizás único, debate antes de los comicios presidenciales de noviembre.
El enfrentamiento les brindó a los estadounidenses la mirada más detallada hasta el momento de una campaña que ha cambiado drásticamente desde el último debate, realizado en junio entre Trump y Biden.
De inmediato, Harris presentó los argumentos demócratas de una mejor manera de lo que lo hizo el presidente Joe Biden, arremetiendo contra la propuesta de recortes fiscales y aranceles de Trump, y vinculándolo con el plan conservador Proyecto 2025 para un gobierno republicano, así como con las labores del Partido Republicano para restringir el acceso al aborto. Trump, en cambio, trató de relacionar a Harris con Biden, preguntándole por qué no había tomado acciones sobre sus propuestas mientras se desempeñaba como vicepresidenta.
Harris atacó firmemente a Trump por el estado de la economía y la democracia después de dejar la presidencia, mientras la pandemia de COVID-19 asediaba al país y después de que sus simpatizantes irrumpieron en el Capitolio el 6 de enero de 2021 en un intento por revertir los resultados de los comicios de 2020. “Lo que hemos hecho es limpiar el desastre que dejó Donald Trump”, declaró Harris. Inició su respuesta diciendo que espera que los votantes escuchen “un montón de mentiras, quejas y sobrenombres” de su rival durante su debate de 90 minutos.
Trump, en tanto, no tardó en arremeter contra Harris por dejar de lado algunas de sus posturas liberales y subrayó: “Ahora va con mi filosofía. De hecho, le iba a enviar una gorra de MAGA”, refiriéndose a las siglas en inglés de su lema “Hagamos grande a Estados Unidos Otra Vez”. Harris sonrió y se rio en voz alta ante lo dicho.
El candidato republicano afirmó que “probablemente” fue objeto de un intento de asesinato en julio debido a los ataques de sus oponentes. “Probablemente recibí una bala en la cabeza por las cosas que dicen de mí. Hablan de democracia, soy una amenaza para la democracia. Ellos son la amenaza para la democracia”, insistió Trump.
Harris acusó a Trump de ser el hazmerreír internacional, fácilmente manipulable por algunos de los peores líderes del mundo.
“He viajado por el mundo como vicepresidenta de Estados Unidos y los líderes mundiales se ríen de Donald Trump”, dijo.
Trump no reconoce que perdió
Trump se negó a reconocer su derrota en las elecciones de 2020 durante el debate. “Hay muchas pruebas. Todo lo que tienes que hacer es mirarlas (…) Obtuve casi 75 millones de votos, el mayor número de votos que jamás haya obtenido un presidente en ejercicio.
Me dijeron que, si obtenía 63, que fue lo que obtuve en 2016, no te podían ganar las elecciones”, declaró. Trump repitió el bulo de que los migrantes comen “perros y gatos” en una localidad de Ohio (noreste).
“En Springfield, comen los perros -la gente que entró- comen los gatos, comen a las mascotas de la gente que vive allí. Y esto es lo que está ocurriendo en nuestro país”, dijo Trump, retomando una teoría pregonada por republicanos y desmentida por las autoridades sobre los migrantes haitianos.
Migración y aborto
El republicano intentó llevar el hilo de la discusión al tema de la gestión de la migración, que se ha convertido en una de las prioridades de los estadounidenses de cara a las elecciones.
Trump y sus aliados republicanos han intentado asociar a Harris directamente con la política migratoria del mandatario, Joe Biden, llamándola erróneamente la “encargada de la frontera”.
El expresidente repitió en varias ocasiones este reclamo, a la vez que insistió en narrativas xenófobas, acusando a los migrantes de estar “destruyendo” el país y señalando al gobierno demócrata como el culpable.
Harris, por su parte, evadió las preguntas sobre el tema y se limitó a dar su apoyo a un proyecto de ley que busca convertir en permanentes las restricciones al asilo que su gobierno ha impuesto en la frontera.
El aborto fue otro de los temas que provocó un enfrentamiento entre los candidatos, con Harris prometiendo proteger el aborto con una ley federal y Trump asegurando que cree en las excepciones a las restricciones al aborto en casos de violación, incesto y peligro para la vida de la madre.
“Voy a ser una presidenta que voy a proteger los derechos fundamentales y el derecho de una mujer de tomar la decisión de su propio cuerpo y no que el gobierno le diga lo que tenga que hacer”, aseguró Harris.
La guerra en Ucrania, la guerra en Gaza y las elecciones de 2020 fueron también temas que enfrentaron a los candidatos en el debate, donde ambos se presentaron como la opción más sensata para el país.
El republicano acusó a Harris de “odiar a Israel”, a lo cual la demócrata contestó asegurando que ha pasado su “carrera y su vida entera apoyando a Israel y a los israelíes”.
Las encuestas dibujan unas estrechas elecciones en noviembre, con Harris superando a Trump por solo 2,7 puntos porcentuales en el voto a nivel nacional, según el agregador de encuestas FiveThirtyEight.