El futuro de internet acaba de dar un salto gigante gracias a un grupo de investigadores japoneses. El Instituto Nacional de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones logró transmitir datos a una velocidad de 1,02 petabits por segundo, marcando un nuevo récord mundial y abriendo la puerta a una nueva era de conectividad global.
1 petabit por segundo, ¿qué tan rápido es eso?
Para ponerlo en perspectiva, hablamos de más de 125 terabytes por segundo. Con esa velocidad, podrías enviar 400 TB en 3 segundos, transmitir millones de videos en 4K al mismo tiempo o replicar datos entre centros de datos en diferentes continentes casi en tiempo real. Literalmente, te podés bajar todo Netflix en menos de un segundo. Una locura.
El experimento se llevó a cabo en una red de fibra óptica de 19 núcleos, reforzada con amplificación avanzada, y logró mantener la transmisión estable a lo largo de 1808 km.
Aunque todavía está en fase experimental, esta tecnología tiene con qué para revolucionar el futuro de internet. Si se logra adaptar a nivel comercial, podríamos ver cambios en la velocidad de las redes 5G y 6G, la eficiencia de la nube y la inteligencia artificial, y la transferencia de datos en almacenamiento masivo, como los nuevos SSD E2 de 1 petabyte.
Y no solo en velocidad, sino también en eficiencia energética y durabilidad. De hecho, la tecnología cerámica de Western Digital ya explora caminos alternativos para mejorar la vida útil del hardware en este contexto de altísima demanda.
¿Y qué pasa con los riesgos?
Mientras las velocidades se disparan, la infraestructura sigue siendo vulnerable. Un ejemplo reciente es el caso en Finlandia, donde se detectaron daños en cables submarinos provocados por anclas de barcos. Además, la seguridad digital cobra un rol cada vez más importante, porque a mayor velocidad, mayor exposición si no se hacen las cosas bien. En paralelo, tecnologías como Wi-Fi 8 ya están en desarrollo, demostrando que la estabilidad y la consistencia son tan importantes como la velocidad bruta.