Un equipo internacional de científicos liderado por el Instituto de Biomedicina de Valencia (IBV-CSIC) ha desarrollado un método capaz de predecir con un 100 % de precisión la resistencia a antibióticos de Helicobacter pylori, una bacteria estomacal que infecta a más del 50 % de la población mundial. El estudio, publicado en la revista The Lancet Microbe, supone un avance clave hacia tratamientos más eficaces y personalizados.
La nueva técnica se basa en el análisis del genoma de la bacteria para detectar mutaciones asociadas a la resistencia a claritromicina y levofloxacino, dos de los antibióticos más utilizados en la erradicación de H. pylori. A diferencia de los métodos tradicionales, que requieren el cultivo de la bacteria —un proceso complejo y poco reproducible—, la propuesta emplea secuenciación genómica, lo que permite obtener resultados más rápidos, precisos y fiables.
Helicobacter pylori es una de las infecciones crónicas más comunes en humanos. Aunque muchas personas portadoras no presentan síntomas, la bacteria puede causar gastritis y úlceras pépticas y aumentar el riesgo de cáncer gástrico y de un tipo raro de linfoma. Actualmente, los tratamientos fallan en aproximadamente el 25 % de los casos, en gran medida debido a la resistencia a los antibióticos.
“Analizar directamente el ADN de la bacteria nos permite anticipar qué antibióticos no funcionarán antes de iniciar el tratamiento”, explica Iñaki Comas, investigador del CSIC y líder del estudio. Según los autores, esta estrategia facilitaría seleccionar desde el inicio la terapia más adecuada para cada paciente, reduciendo fracasos terapéuticos y el uso innecesario de antibióticos.
El trabajo ha permitido además crear un catálogo global de mutaciones de resistencia y estimar su prevalencia en distintas regiones del mundo, revelando importantes diferencias geográficas. Los investigadores destacan que el método es escalable y podría integrarse fácilmente en los sistemas de diagnóstico genómico que ya se están implantando en muchos hospitales.
Más allá del ámbito clínico, la técnica también abre nuevas posibilidades para la vigilancia epidemiológica de la resistencia a antibióticos y para el diseño de futuras estrategias terapéuticas. A largo plazo, los autores confían en que este avance contribuya a mejorar el control global de las infecciones por Helicobacter pylori y a frenar el aumento de resistencias bacterianas.
El estudio forma parte de un consorcio internacional financiado por el Consejo Europeo de Investigación y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, con la participación de instituciones científicas de España, Francia, Japón y Estados Unidos.




















































