Nueva Jersey. – Las severas inundaciones repentinas que han azotado el noreste de Estados Unidos han cobrado la vida de dos personas en Nueva Jersey, provocando un considerable caos en la movilidad regional y los servicios esenciales.
Mientras las autoridades informan sobre estos trágicos sucesos, Estados Unidos se prepara para más lluvias intensas, manteniendo la región en estado de alerta ante la persistencia de un sistema meteorológico inestable que amenaza con nuevas precipitaciones en los próximos días.
Los decesos ocurrieron cuando un vehículo fue arrastrado por la corriente hacia un río en Plainfield, Nueva Jersey. Lamentablemente, los servicios de emergencia que acudieron al lugar no lograron rescatar a los ocupantes.
Este trágico incidente se suma a los efectos de otra tormenta previa que azotó la ciudad el 3 de julio, la cual también resultó en dos fallecimientos, subrayando la creciente vulnerabilidad de la región a los fenómenos climáticos extremos.
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) ha mantenido una alerta de inundaciones activa en diversas zonas de Nueva Jersey hasta la mañana del martes, indicando que una tormenta de verano de movimiento lento continuará afectando la región del Atlántico Medio hasta mediados de semana.
Caos en el corazón urbano y el transporte
La ciudad de Nueva York experimentó una de sus horas más lluviosas jamás registradas durante la noche, con más de cinco centímetros de precipitación en tan solo sesenta minutos, según Christopher Tate, meteorólogo del Centro de Pronósticos FOX.
Este volumen de agua generó torrentes sucios que se desbordaron por las principales avenidas de Manhattan durante la hora pico vespertina, obligando a los ciudadanos a buscar refugio bajo las marquesinas de los edificios y las paradas de autobús.
El sistema de transporte público también se vio gravemente afectado por las inundaciones. Varias estaciones importantes del metro se anegaron, y los pasajeros compartieron imágenes en redes sociales que mostraban olas de agua fluyendo a través de los torniquetes y cayendo sobre las vías electrificadas.
En el centro de Manhattan, decenas de pasajeros quedaron atrapados en un tren en la estación de la calle 28 debido a la acumulación de agua.
La interrupción se extendió a la aviación; los aeropuertos JFK, LaGuardia y Newark suspendieron temporalmente las salidas durante la noche del lunes, lo que llevó a la cancelación de docenas de vuelos y generó un impacto considerable en el tráfico aéreo regional.