Más del 50% de los trabajadores en República Dominicana se encuentran en la informalidad, un desafío que amenaza la sostenibilidad del sistema de pensiones, según advirtió el superintendente de Pensiones, Francisco Torres, durante el foro ECONOMICM 2024. “De los cinco millones de afiliados al sistema, solo 2.1 millones están cotizando activamente. Esto significa que la mayoría está en el sector informal, lo que pone en riesgo sus ahorros para el futuro”, señaló.
Torres explicó que este problema se agrava por la inestabilidad laboral, donde muchos trabajadores entran y salen del sector formal, contribuyendo solo el 41% del tiempo en promedio establecido a sus cuentas individuales.
Advirtió que es un “desafío crítico” para el sistema de pensiones, ya que la sostenibilidad a largo plazo depende de la capacidad de los trabajadores para contribuir de manera constante.
“Estamos hablando de en menos de la mitad del año es que están activamente cotizando y ahorrando en su cuenta de aplicación individual y eso le pone un reto a su propia cuenta a futuro”, lamentó
Por su lado, el economista Henry Hebrard subrayó que el crecimiento económico de República Dominicana está vinculado estrechamente con su capacidad para generar divisas a través de diversos sectores. Citó que en 2019, los sectores de exportación de bienes y servicios, remesas e ingresos extranjeros generaron aproximadamente US$30,000 millones, representando el 34% del PIB.
Para 2023, esta cifra ha aumentado a más de US$40,000 millones, marcando un crecimiento del 32%.
El economista destacó que la inversión extranjera ha crecido un 45%, mientras que las remesas han aumentado un 43%. Sin embargo, las exportaciones de bienes han mostrado un crecimiento más modesto del 15%. En el contexto internacional, Hebrard sugirió que el país podría beneficiarse de un programa de aceleración productiva similar al implementado en Marruecos.
Este programa ha aumentado la contribución del sector industrial al PIB del 15% al 24% en un plazo de 20 años. Asimismo, Hebrard consideró que, al integrar reformas profundas y estrategias enfocadas en el crecimiento de las divisas, República Dominicana podría replicar este éxito y fortalecer su economía.
A pesar de los desafíos, Hebrard reconoció que en el contexto actual del comercio interno y externo en República Dominicana muestra un panorama mixto. Si bien el crecimiento en términos de generación de divisas es alentador, la falta de un crecimiento uniforme en todos los sectores plantea un desafío significativo. En ese sentido señala la importancia de integrar una visión que movilice el potencial de las exportaciones de bienes y otros sectores productivos.
El ministro de Industria, Comercio y Mipymes (MICM), Víctor Ito Bisonó, abordó los desafíos y la importancia de mantener la confianza económica, política y social, destacando que organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional han expresado expectativas favorables para el país en 2024. Sin embargo, el ministro enfatizó que no se puede sentir conformidad con el crecimiento actual y que es crucial buscar nuevas formas de conservar y aumentar el crecimiento económico. “No podemos sentirnos conformes con el crecimiento que hemos tenido. Debemos enfocarnos en cómo conservarlo y crecer aún más”, afirmó.
Además, Bisonó resaltó la importancia de la formación de recursos humanos para crear empleos de calidad y fortalecer la competitividad en el mercado internacional.
Destacó que la estabilidad económica y social, impulsada por políticas acertadas, ha permitido un aumento en la inversión extranjera directa y un crecimiento sostenido de la economía dominicana. En cuanto a los subsidios y su impacto en la canasta básica, el ministro indicó que las políticas actuales continuarán protegiendo a los sectores más vulnerables, lo que ha contribuido a mantener una inflación más baja en comparación con otros países con economías similares.
Finalmente, Julio Virgilio Brache, presidente de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (AIRD), destacó la necesidad de enfrentar la crisis del sector eléctrico con reformas y medidas para asegurar el cobro de los servicios.
Brache señaló que aproximadamente 200,000 clientes no están pagando por el servicio eléctrico, acumulando una deuda significativa.
“Si cada uno de esos clientes debe 1 millón de pesos, estamos hablando de RD$200,000 millones que podrían reducir el déficit presupuestal de la CDEEE”, comentó Brache.
Propuso que la reforma eléctrica, impulsada por el presidente Luis Abinader, debería enfocarse en cobrar a los morosos y garantizar que la carga financiera no recaiga únicamente sobre los usuarios que sí paga, sino que se logre un equilibrio que permita un avance en la solución del problema eléctrico. Brache enfatizó que asegurar el cobro de los servicios es un paso crucial para estabilizar el sector eléctrico.
Perspectiva internacional
Alexandria Valerio, representante del Banco Mundial para República Dominicana, América Latina y el Caribe, destacó el notable crecimiento económico del país, el cual se ha situado entre los más destacados de la región. Valero elogió los avances en la reducción de la pobreza y la convergencia de ingresos con Estados Unidos, así como la implementación de políticas clave como la Ley de Desarrollo Territorial y la Ley de Responsabilidad Fiscal. Estas políticas han generado confianza entre los inversores y son fundamentales para el desarrollo del país.
Sin embargo, Valerio advirtió que, aunque el país está en un punto de inflexión prometedor, se enfrenta a desafíos significativos para avanzar al “próximo nivel” de desarrollo. Enfatizó la necesidad de priorizar la ejecución de políticas y acelerar el paso en áreas clave como la competitividad y la inversión en capital humano.
Según los últimos datos de la prueba PISA, solo el 20% de los estudiantes dominicanos alcanza el nivel mínimo de competencias necesario para los trabajos del futuro, lo que subraya la urgencia de mejorar la educación y preparar a la juventud para el mercado laboral. Valerio también señaló la importancia de invertir en innovación tecnológica y fortalecer la capacidad para enfrentar el cambio climático.