Con una solemne misa en la basílica de San Pedro, la Iglesia católica dio inicio este miércoles al cónclave en el que se elegirá al nuevo pontífice, tras la muerte del papa Francisco. Un total de 133 cardenales con derecho a voto se reunirán a partir de esta tarde en la capilla Sixtina para iniciar el proceso que definirá al 267º Papa en la historia de la Iglesia.
La ceremonia religiosa, conocida como Pro eligendo Pontifice, comenzó a las 10:00 de la mañana hora local (08:00 GMT) y fue presidida por el decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re. A la misa asistieron no solo los cardenales electores, sino también aquellos mayores de 80 años que no participan en la votación, además de numerosos obispos, sacerdotes, religiosas y fieles congregados en oración.
Durante la liturgia, los asistentes elevaron plegarias en diversos idiomas –entre ellos francés, suajili, portugués, malabar, chino y alemán– para pedir la guía divina en este momento crucial para la Iglesia. Se oró también por los cardenales llamados a discernir, por los pueblos del mundo, por quienes sufren persecución y por la familia como núcleo de la sociedad.
En lo que representó su última intervención pública antes del inicio del cónclave, el cardenal Re ofreció una homilía cargada de significado, en la que esbozó las cualidades que considera esenciales en el próximo pontífice, e invitó a los electores a dejarse guiar por la fe y la conciencia en esta decisión histórica.
El ingreso formal al cónclave tendrá lugar esta tarde. A las 16:15 hora local (14:15 GMT), los cardenales se reunirán en la capilla Paulina y luego se dirigirán en procesión hacia la capilla Sixtina, donde a las 16:30 (15:30 GMT) prestarán juramento de secreto absoluto. A partir de ese momento quedarán incomunicados del mundo exterior y darán paso a la primera votación, cuyo resultado se espera se manifieste con la tradicional “fumata” alrededor de las 19:00 horas (17:00 GMT).
El mundo observa con expectativa este proceso, que marca una nueva etapa en el liderazgo espiritual de más de mil millones de católicos en todo el mundo.