Cada año en la República Dominicana, alrededor de 1,600 a 1,700 personas sufren quemaduras graves que requieren atención médica de emergencia, de estas el 30 a 35% son por electricidad, encabezando la lista de este tipo de lesionados a nivel mundial.
Pese a esta realidad, el país no presenta avances, más bien ha dejado de hacer procedimientos como ciertos injertos biológicos, por carecer de área especializada y de donación de tejidos para suplir la demanda.
Se necesita un Banco Nacional de Piel y Tejidos que supla la unidad de quemados y mayor conciencia de la población para las donaciones cadavéricas. Esto podría incidir para reducir la tasa de mortalidad que actualmente es de un 26% a 30%, plantean los especialistas.
Precisamente los bancos de piel han sido el éxito de países como Colombia que tiene piel de donantes cadavéricos para suplir sus demandas y hasta donar a otros países, como lo hizo con Cuba, en agosto de 2022, al enviarle tres mil centímetros cuadrados de piel humana para atender a las víctimas del incendio de una bodega de petróleo en la provincia de Matanzas. España también tiene resultados tangibles, y es un referente en materia de donación de órganos y trasplantes.
El manejo de pacientes quemados es complejo y crucial, además de las cirugías y tratamientos, la cobertura de la piel quemada con apósitos biológicos (vendas), como piel de cerdo o piel de cadáver, juega un papel fundamental en la recuperación temprana y la reducción de complicaciones.
Así lo plantea el especialista Marcos A. Núñez, decano de la Facultad de Ciencias de la Salud de UNIBE y presidente de la Federación Panamericana de Facultades y Escuelas de Medicina (Fepafem), quien se une al clamor de que el país cuente con un Banco Nacional de Piel y Tejidos para mejorar la atención a estos pacientes. Núñez es maestro de medicina y uno de los tres primeros cirujanos en especializarse en el extranjero, cuando fue donada la Unidad de Quemados Pearl F. Ort, del Hospital Luis Eduardo Aybar, inaugurada en 1993, con diez camas y todas las herramientas para la atención de pacientes con quemaduras.
Esta unidad fue desmolida hace 11 años, con el inicio de la construcción de la Ciudad Sanitaria Luis Eduardo Aybar (donde es levantada una más moderna), y trasladada al hospital Ney Arias Lora. Es la única unidad de atención a pacientes adultos quemados que cuenta la República Dominica, con 11 camas, que se mantienen llenas. Su director, especialista Eddy Bruno, dijo no han dejado ni un momento de ofrecer los servicios, aunque reconoce que ya no hacen injertos de piel de cerdos porque no tienen las condiciones para procesarla.
AUNAR ESFUERZOS
“Este banco proporcionaría apósitos biológicos, como piel de cerdo o piel de cadáver, para cubrir temporalmente las quemaduras mientras los pacientes se recuperan lo suficiente para recibir su propia piel como trasplante”, dijo Núñez al proponer la colaboración de todas las partes interesadas.
Entiende que un país con más de 11 millones de habitantes, requiere de unidades de quemados regionales, tanto para adultos como para niños, para brindar atención de calidad a quienes lo necesiten.
“Y yo creo que este es un compromiso de todos. El Estado, las academias, la sociedad civil, porque es que ninguno de nosotros estamos exentos, Dios nos libre, y de tener ese recurso de salud depende la vida o la muerte de un ser humano”, puntualizó.
Hay un banco de piel en Santiago y podría cerrar por la falta de donantes
Ya hay un Banco de Piel y Tejidos que funciona desde 2019 en la Centro Infantil de Quemados Doctora Thelma Rosario, en el hospital Arturo Grullón de Santiago, única unidad infantil del país, y podría cerrar por la falta de donantes, pese a los resultados obtenidos.
El banco surgió a raíz de un proyecto de investigación realizado por médicos de la institución y que resultó ganador de los fondos de la investigación del Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología, junto a la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra.
Las doctoras Renata Quintana y Cintia Núñez, que lideraron la investigación y están a cargo del Banco de Piel y Tejidos y de la unidad, informaron han realizado más de 30 implantes quirúrgicos en pacientes quemados.
Desde octubre de 2019 se han beneficiado 16 pacientes con los aloinjertos (injertos cadavéricos); con membrana amniótica, que es la que cubre el feto dentro del útero (placenta), han injertado a 73 pacientes con quemaduras de diversas etiologías y las utilizadas por neurocirugía para la cobertura del tubo Neural (que da vida al cerebro). Mientras que y por xenoinjerto (especie animal), desde octubre del 2019 hasta julio del 2022 un total de 68 pacientes fueron injertados en la parte quemada con piel de cerdo. “Cabe mencionar que no tenemos en existencia desde hace un año por la eventualidad de la fiebre porcina que ha impedido adquirirlos”, dijo Quintana.
La importancia de los injertos tempranos
Quitar temprano la piel quemada profunda, de segundo y tener grado, preferiblemente antes de los cinco días, y cubrirla con los apósitos biológicos (de cerdo o cadavéricos), permite que el paciente tenga menos complicaciones y sangrado, y estabilizar la piel para su autoinjerto, explicó el doctor Núñez.
Estas cubiertas son temporales, y el tratamiento definitivo es con injerto de la propia piel del paciente, al resaltar que esta se restaura y que del mismo lugar se puede volver a extraer piel en poco tiempo.