“En una época en que todo el campo de la educación se halla en fermentación universal, hay un aspecto de ella que atrae especialmente la atención no sólo de los profesionales sino también de los legos” ¿Esta innovación hace referencia a la Inteligencia Artificial (IA), al recurso a la realidad aumentada en las aulas? Ni lo uno, ni lo otro. Este artículo del Correo de la UNESCO trata de las “máquinas de enseñar”, un conjunto de programas desarrollados en Estados Unidos para guiar a los alumnos en su aprendizaje. Data de marzo de… 1965.
Esto quiere decir que la reflexión sobre el papel de los ordenadores en el aprendizaje no es nada nuevo. Alabadas o denostadas, las tecnologías forman parte cada vez más del paisaje escolar, al menos en los países industrializados. Los juegos digitales de aprendizaje, las tutorías en línea y los cursos masivos abiertos en línea (MOOC) se han convertido en una realidad para un número creciente de escolares y estudiantes. La pandemia de COVID-19 no ha hecho sino acelerar este fenómeno, fomentando el crecimiento, también en África, de sociedades especializadas en servicios educativos digitales conocidas como “EdTechs”.
Sin embargo, por muy sofisticadas que sean, estas tecnologías no han cuestionado el principio de un profesor que imparte clases simultáneamente a un grupo de estudiantes. La inteligencia artificial podría cambiar las reglas. Con la llegada de programas de generación de contenidos como ChatGPT y las tutorías inteligentes, ¿se avecina la tan anunciada revolución? Lo que sí es cierto es que el uso de la IA generativa en el aprendizaje está planteando desafíos inéditos para los sistemas educativos.
Tal y como señala la edición de 2023 del Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo de la UNESCO, estas nuevas herramientas pueden revelarse como algo precioso para proporcionar un apoyo personalizado a los alumnos, sobre todo a los que tienen alguna discapacidad o viven en zonas alejadas. Pero también plantean la cuestión de la brecha digital, la confidencialidad de los datos y la preponderancia de los grandes grupos mundiales en este sector. Y por el momento no existen garantías.
Por lo tanto, es urgente que se adopten normas para garantizar que el uso de la IA en la educación se mantenga centrado en el ser humano, en el interés superior de los estudiantes. Con el fin de apoyar este movimiento, la UNESCO ha publicado en septiembre de 2023 la primera Orientación para la IA Generativa en la educación y la investigación concebida para hacer frente a las perturbaciones provocadas por las tecnologías. Este documento contempla otros instrumentos elaborados por la Organización como la Recomendación sobre la ética de la inteligencia artificial e Inteligencia artificial y educación: guía para las personas a cargo de formular políticas, publicados en 2021.