El papa Francisco recomendó cuidar la vida interior y no estar tan pendiente de la apariencia y, para ello, animó a separase “un poco” de los teléfonos para escuchar a los demás, en su discurso del Ángelus dominical.
El pontífice se pronunció así al comentar la parábola de las diez vírgenes, reflexionando sobre los conceptos de sabiduría y necedad desde la ventana del Palacio Apostólico, ante unos 20,000 fieles que le escuchaban desde la Plaza de San Pedro, según la Gendarmería vaticana.
“Miramos a nosotros mismos y nos percatamos de que nuestra vida corre el mismo riesgo: muchas veces se está muy atento a la apariencia, lo importante es cuidar la propia imagen y quedar bien ante los demás, pero Jesús dice que la sabiduría de la vida es otra cosa”, sostuvo.
Para Francisco, lo sabio y correcto es “proteger lo que no se ve pero que es más importante”, es decir, “custodiar el corazón”.
Esto, explicó, implica “saber detenerse para escuchar al propio corazón y vigilar los propios pensamientos y sentimientos”.
“¿Cuántas veces no sabemos qué ha ocurrido en nuestro corazón, qué ha ocurrido dentro de nosotros? La sabiduría significa saber dar un lugar al silencio para ser capaces de escucharnos a nosotros mismos y a los demás”, alegó.
Y agregó: “Esto quiere decir renunciar a un poco de tiempo pasado delante de la pantalla del teléfono para ver la luz en los ojos de los demás”.